RENUNCIÉ PARA VIAJAR

Ahora vivo sin la cómoda oficina que ocupaba cada día, donde no sucedía nada nuevo, me aventuré a dejar el puerto seguro, la “estabilidad” económica y una vida monótona; dejé de luchar por sueños ajenos y le aposté a los propios. En 2015 renuncié para viajar, planeé dejar mi empleo un poco más de un año atrás, eso implicó aprender a ahorrar, a controlar el miedo a no tener dinero y dominar el deseo; cambiar mis hábitos de consumo, adquirir educación financiera, en pocas palabras aprendí a vivir con poco y a disfrutar lo que soy, lo que tengo, lo que me rodea y a preocuparme menos por lo que creo que me falta. Ya pueden ver que no fue una decisión a la ligera, lo panifiqué e hice un proceso largo, desaprendiendo mi antiguo estilo de vida y adoptando nuevos hábitos, tomando conciencia de que la vida es mucho más que hacer dinero, entender que nada es más valioso que estar vivos y que cada día que pasa nunca regresará. Cuando por fin acepté todo esto, decidí dedicarme a ser feliz (lo cual está preocupado a algunos, ya que ser feliz no parece ser tan rentable económicamente).

(un día de oficina – Medellín, Colombia)

  No sé si les ha pasado que cuando sueñan mucho con algo, mentalmente se visualizan con esa meta cumplida y cuando por fin la alcanzas no te sorprende tanto. Esto se debe a que ya lo has vivido muchas veces antes en tu mente, y eso me sucedió, cuando llegó el momento, no fue difícil escribir la carta de renuncia. Nunca comenté mis planes a nadie (eso fue un buen consejo que alguien me dio), en la empresa todos quedaron sorprendidos por mi “repentina” decisión, pues tenía todo lo que un empleado innato puede desear, “estabilidad” y beneficios laborales, manejo del tiempo, buen salario, carga laboral moderada. No solo ellos se sorprendieron, sino también mi familia, mis amigos y todos los que ahora me preguntan a qué me dedico y me escuchan responder SOY VIAJERO EMPRENDEDOR. Los comprendo, hoy en día la mayoría de personas ven como una pérdida de tiempo el perseguir un sueño, hacer cosas como escribir un libro, tomar fotografías, tocar un instrumento, escribir canciones, dibujar, viajar… -“Hay que producir”, es lo que normalmente me dicen después de escucharme decir que deseo conocer y recorrer el mundo. Creo que estamos demasiado obsesionados con ser dueños de algo (aunque nacimos y nos iremos sin nada).

(oasis de Huacachina, Peru – 2016)

  En las escuelas no nos enseñaron a cumplir sueños, nunca aprendimos a ser seres humanos felices, solo nos hablaron de matemáticas, sociales, español, biología, la mitosis, los problemas de Baldor, recibes el diploma y a trabajar para lograr ser alguien en la vida a través de un “buen empleo”… – ¿Será que debemos ser alguien porque ya nos hemos olvidado?, – ¿Acaso hemos perdido nuestra esencia? – ¿Por qué y en que momento dejamos de ser felices?. Un día leí que “la persona más poderosa en el mundo, es la que es dueña de sí misma” y es precisamente eso lo no somos hoy en día, nos hemos alquilado (empleado) para construir sueños ajenos. Cuando renuncié no sólo estaba quedando libre de un contrato laboral, sino que también recuperé mis sueños, pude empezar a trabajar en ellos con más dedicación. No quisiera llegar a viejo y darme cuenta que no hice lo suficiente por ellos. Ahora hago más de eso que me hace feliz, y por fin ME VOLVÍ RICO, ya que la riqueza no es la cantidad de dinero que puedas acumular, sino en la cantidad de experiencias que puedas vivir y guardar en tu mente. Es eso lo que todos van a querer escuchar de ti cuando seas viejo, no tus historias en la compañía donde trabajabas. Ahora soy un “Viajero Emprendedor”, así respondo cuando me preguntan a que dedicó mi vida. No solamente ruedo por el mundo en busca de experiencias y aprendizajes, sino que al mismo tiempo ejerzo mi profesión de forma independiente, sigo siendo Diseñador Gráfico Freelance, ademas de realizar diversas inversiones. Me muevo por el mundo con libertad en busca de que algo nuevo me suceda cada día, porque cuando en tu vida no sucede nada, es tiempo de hacer cambios. Renuncié hace siete años y afortunadamente no he muerto de hambre, lo hice responsablemente, pagué primero mis deudas, terminé los compromisos innecesarios, adquirí nuevos hábitos y finalmemte me arriesgué. La vida está llena de oportunidades y si no estás dispuesto a dejar ir tu condición actual, tus manos nunca estarán vacías para poder tomar todo lo bueno que está por venir. Viajeros, que Dios bendiga sus planes.